“San Ginés de la Jara”. Aprendimos y disfrutamos muchísimo con el hermano mayor de la Cofradía de San Ginés de la Jara, D. Víctor Javier Navarro y con D. David Zamora, también hermano de la Cofradía y jurado del reciente concurso de fotografía que se celebrará a la par que las terceras Justas Literarias de las que tamibén hablamos. Espero que os guste.
Albert Boadella se despachó a gusto en la rueda de prensa con motivo de la presentación en Madrid de su opera “El pintor” con perlas como: “¿Cómo es posible que una persona tan capacitada pudo hacer la cantidad de mierdas que hizo?”, o, “Por donde pasó él no ha vuelto a crecer la pintura.”
¿Qué opinais?, ¿hay que aceptar y alabar el valor de una obra de arte o un artista solo porque todos lo hagan?, ¿no es un contrasentido que el valor de una obra de arte obvie la estética para depender solo de una firma o de una corriente política?, ¿ocurre así con el celebérrimo “Guernica”?.
Aquí os dejo un enlace a parte de las declaraciones:
“Vidrios rotos” D. Manuel Gil y D. Francisco García, responsables de la Asociación de Vidrieros de Santa Lucia y del Museo del Vidrio que nos hablan de su museo y de la crítica situación por la que está pasando su museo.
Aún teniendo en cuenta que las transiciones entre periodos artísticos e históricos nunca son producto de un cambio brusco propiciado por el azar o el capricho, sino consecuencia de una evolución y una larga concatenación de acontecimientos, es indudable que en algunos casos la acción de un solo hombre, a menudo un genio, precipita los acontecimientos. Valga el paradigmático ejemplo de Miguel Ángel y el Manierismo. Pero no es del maestro italiano de quien aquí les quiero hablar, sino de alguien muy, muy anterior a él. Un monje que daría inicio con sus revolucionarias ideas a una de las etapas artísticas, especialmente arquitectónica, más hermosas y admiradas de la Historia del Arte (aunque no siempre fue así), les quiero hablar del abad Suger de Saint Denis. Un hombre que hasta bien entrado el siglo XIX, en el que la Historia del Arte obtuvo la consideración de disciplina independiente, fue considerado el “inventor” del estilo Gótico.
Pocos son los datos biográficos del abad con los que contamos, no olvidemos que estamos cronológicamente situados entre los siglos XI y XII. Sabemos que nació en el año 1081 y que su fallecimiento ocurrió en el 1151. A partir de aquí, pocas son las seguridades y muchas las suposiciones y reconstrucciones basadas en los conocimientos que tenemos de aquella época. Ni siquiera su procedencia es segura, pues podemos pasar de la teoría de un linaje noble de Flandes, a unos orígenes pobres hasta el extremo de haber sido entregado a los frailes de su querido Saint Denis.
Representación del Abad Suger (“Sugerius Abas”) en una de las vidrieras de St. Denis (Fuente: Wikimedia Commons)
Sea como fuere, parece cierto que en su formación conventual tuvo un compañero que se convirtió en amigo y que marcaría su destino. Podríamos decir, jugando a crear una historia hermosa, que aquella amistad también marcaría el destino de la Historia del Arte. Se trataba del futuro Luis VI, rey de Francia. Conviene aclarar llegados a este punto que la Francia de aquella época poco tiene que ver con la idea que tenemos hoy del país galo. Se trataba de un territorio relativamente pequeño con París como centro, si bien, sus reyes contaban con un fuerte prestigio en el orbe cristiano, no por su poder terriotrial, como digo, sino porque desde tiempos remotos sus reyes eran ungidos con los Santos Oleos, lo cual les confería un gran poder espiritual al vincularles directamente con la divinidad.
Luis VI tomó al abad Suger como su consejero, su confidente, su hombre de confianza, su cronista, su brazo derecho en definitiva, y de igual modo ocurrió con su sucesor e hijo Luis VII. Este último nombró a Suger Administrador del Reino. Con anterioridad a este flamante pero terrenal nombramiento, había ocurrido algo mucho más trascendental para nuestra pequeña historia. En 1122 es nombrado Abad de Saint Denis.
Interior de la abadía de St. Denis. Deambulatorio (coro). (Fuente: wikimedia.org)
Pronto comenzó a restaurar el convento para darle la categoría que le correspondía a su altísima significación histórica, pues la abadía había servido de sepultura real de los merovingios y había sido una de las primeras iglesias del reino durante el poder carolingio. De nuevo surgen las dudas, pues algunas fuentes apuntan a que dicha restauración comienza en 1137 coincidiendo con el fallecimiento de su amigo Luis VI. En cualquier caso, Suger toma parte personalmente en la planificación y realización de su obra. El monje arquitecto proyecta sustituir el antiguo coro, angosto y lúgubre, por otro más amplio y luminoso, más ligero y, a través de las vidrieras, más colorido…dicha decisión se extendería al resto del sagrado recinto y sería uno de los pilares ideológicos del gótico: ¡la luz!. La luz como sublimación de la divinidad, el más noble de los fenómenos naturales, el menos material, una luz que al pasar por las coloridas vidrieras, de las que las capilas del coro de Saint Denis son las primeras que han llegado a nosotros, crearía un espacio irreal y simbólico que, sin duda, (trasladémonos a la época) harían que los fieles se sintieran en presencia de la divinidad. Además, en un aspecto más técnico, aunó el empleo de elementos como el arco apuntado borgoñón o elementos normandos como la bóveda de nervaduras que serían canon en todas las arquitecturas góticas posteriores. Todo ello haría que durante siglos y aún hoy en día, aunque con matices, se considerara a Saint Denis el edificio fundacional del gótico.
Claramente vinculado con el neoplatonismo, Suger se muestra amante de la belleza, del brillo y valor del oro, de las joyas, de las piedras preciosas, defiende la riqueza de las cosas en la ornamentación, especialmente si es de las cosas sagradas, Hemos dicho, “vinculado con el neoplatonismo” esto quiere decir que no se trataba de buscar un enriquecimiento terrenal. La belleza es reflejo de la belleza divina, es lícito y necesario saber apreciar la belleza de las cosas sensibles pues esa belleza es reflejo de Dios y participa de las propiedades divinas. La contemplación de la belleza material nos permite elevarnos hacia Dios porque el resplandor y la luz de las cosas materiales son un claro reflejo de la luz divina.
Y ya que está tan de moda (desgraciada moda) meter con calzador el misterio en el mundo del arte, les contaré que existe una anomalía en esta historia, algo que no acaba de cuadrar. Esta forma de pensar, esta filosófia del abad Suger, entraría en plena confrontación con la de otro gran personaje de la época, el ascético y austero cisterciense San Bernardo de Claraval. Este, a priori, era el polo opouesto a Suger, pero lejos de reprender o recriminar la reconstrucción ostentosa de Saint Denis, le felicitó por ella, y más allá de eso, su orden cistreciense fue uno de los mayores vehículos de expansión y evolución del Gótico. ¿El motivo?, la teoría más defendida, entre otros por Erwin Panofsky, es que ambos representaban a dos enormes poderes dentro de la Iglesia; Suger, a los reyes de Francia, y Bernardo, a la autoridad de Roma, y por una vez reinó la cordura evitándose un conflicto que en plena época de las Cruzadas no habría sido beneficioso para nadie. ¿Hubo otros factores?, probablemente, pero eso ya no es arte.
Bibliografía
PANOFSKY, E. El abad Suger. Sobre la abadía de Saint-Denis y sus tesoros artísticos. Ed. Cátedra, Madrid, 2004
SOMMER, U. Historia de la Arquitectura. Ed. Könemann, Barcelona, 2005
VV.AA. El Gótico. Ed. Könemann, Barcelona, 1999
VV.AA. Historia del Arte de la Baja Edad Media. Ed. Ramón Areces, Madrid, 2011
Las fechas son clavos indispensables para colgar el tapiz de la historia.
(E. H. Gombrich)
1599 – En el Palacio Pitti de la ciudad de Florencia se representa por primera vez en público La Dafne, la primera ópera de la Historia, compuesta por el compositor italiano Jacopo Peri (1561-1633).
1927 – En Nueva York se presenta el cine sonoro.
1941 – Nace Plácido Domingo, tenor español.
1980: – En España se les otorga el Premio Cervantes ex-aequo a los escritores Jorge Luis Borges y Gerardo Diego.